El Rey Midas de hoy

Fuente: Cromos



No tiene la voz de Christina Aguilera pero sus canciones son número uno; su cuerpo no es el de Jessica Beil pero todas las jóvenes quieren lucir como ella. Miley Cyrus tiene un talento escondido que la ha convertido en un éxito en ventas. Fenómeno juvenil.


Cuando nació, su padre la bautizó con el nombre de Destiny Hope con la ilusión de que llegara a ser famosa. Dieciséis años después, su deseo se hizo realidad, pero bajo la identidad de Hannah Montana, personaje creado por Disney en 2006, con el que esta joven de Tennessee, a quien cariñosamente llaman Miley, dejó los oficios de la granja para convertirse en ídolo de niñas y adolescentes.

Puede sonar exagerado, pero la audiencia de su programa alcanzó los siete millones de televidentes en su semana de estreno, batiendo récords en la historia del canal estadounidense. Según declaraciones de ejecutivos de Disney, Miley ha triunfado gracias a su personalidad dinámica y capacidad para aprovechar cada segundo.

Tanto así que a través de Hannah Montana ha podido cumplir algunos de sus caprichos. Después de que Walt Disney Records lanzara el primer disco del programa, que ocupó los primeros lugares de la lista Billboard, Miley grabó su primer trabajo como solista, titulado Breakout. Lo insólito es que nunca ha recibido clases de técnica vocal, lo que quedó en evidencia en presentaciones en vivo como la de los Teen Choice Awards 2008, donde tuvo que sostenerse apenas con las coreografías y su propio carisma, suficientes para entretener a sus fans, que se cuentan por millares. El concierto en tercera dimensión, que se estrenó en 700 salas de cine de Estados Unidos en 2007, recaudó 25 millones de dólares; y se dio el lujo de llenar un estadio de fútbol con 30.000 espectadores, que asistieron a una especie de maratón de capítulos de Hannah Montana. Con razón la revista Forbes la ubicó en el puesto 17 de la lista de los jóvenes más ricos de Hollywood.

Apariciones en las portadas de revistas como Glamour y Seventeen ratificaron su imagen de ícono de la moda. Sus jeans entubados y sus camisas largas se han convertido en el común denominador de cientos de niñas que quieren lucir como Miley. "Es una superestrella del tipo que la gente está interesada en todo lo que hace, tanto si la quieren como si la odian" dice Matt Rettenmund, editor de la revista Popstar. "Ya es más grande que Britney Spears", añadió.

Así lo confirman los 34 millones de dólares que recaudó el fin de semana pasado durante el estreno de Hannah Montana: la película, con lo que se transformó en la joven artista mejor pagada del mundo. Según publicó la revista Condé Nast, de mantener su trayectoria, a los 18 años tendrá acumulada una fortuna de 1.000 millones de dólares. Es tanta su influencia que a su corta edad ya publicó una autobiografía en la que comparte las desilusiones y problemas que ha tenido en la vida. Confesiones que, comparadas con el éxito de su serie, con los más de 200 conciertos que ha dado en Estados Unidos y Europa, y con ser catalogada como la revelación juvenil de los últimos años, están bastante alejadas de la realidad. Porque si hay algo claro es que habrá Miley para rato, cante o no cante.

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