Entrevista a Mark Tacher en "EL TIEMPO"



De niño era travieso; de adolescente, díscolo. Al final escogió carrera en contravía de sus padres.

Aunque en Los Protegidos Mark Tacher es el encargado de defender la justicia, en su adolescencia hizo pilatunas que les dieron a sus padres más de un dolor de cabeza. "Siempre me robaba las manzanas de las tiendas, pero crecí y entendí que no era lo correcto", dice el actor.

No fue la única travesura que hizo el actor mexicano. De sus otros dos hermanos era el más rebelde, el que no hacía caso, el que se escapaba para ir a rumbear y llegaba a la madrugada.

Pasó por tres carreras y ninguna le gustó. Hizo unos semestres de veterinaria, medicina y mercadotecnia. Por fin, contra destino que le deseaban sus papás, odontólogos con títulos en todas las especialidades, se enamoró de las artes escénicas.

Fue el golpe más duro. No solo se enteraron de que no estudiaría "una carrera seria", sino que entendieron que Mark tenía una banda de rock, que quería ser músico y que se dedicaba tardes enteras a ensayar, en vez de estudiar. Y para el colmo, que ya hacía presentaciones por ahí.

Hoy, después de haber pasado por varias producciones y de haber dejado de lado su carrera musical, porque la banda se desintegró, no solo está satisfecho con la profesión de actor que eligió, sino de estar en Colombia. Aquí llegó para protagonizar La hija del mariachi, la novela que lo sacó del anonimato y le aseguró un futuro promisorio en las producciones nacionales.

"Siempre he dicho que Colombia es mi casa. No quisiera irme de acá. Ojalá no me quieran correr porque no me quiero ir. Estoy feliz", dice.

Ahora debuta en su segundo protagónico en Los protegidos interpretando a Santiago Puerta, un antropólogo forense que intenta sacar a su familia de la ilegalidad. Y, como sus padres de la vida real hubieran querido, ostenta títulos en medicina forense, criminalística y demás.

Aprendiendo del personaje

Sin embargo, dice haberse gozado este personaje de principio a fin. "Me ha costado mucho trabajo, porque es un tipo muy pensativo, analítico, discreto, perspicaz y que siempre anda pensando en lo que va a pasar y yo soy exactamente lo opuesto a eso. Soy demasiado extrovertido, hablo más de lo que tengo que hablar".

Recuerda que al principio rodó de audición en audición, hasta que logró entrar a Tv Azteca como presentador de un programa musical por un par de años.

Luego se inscribió en un curso de actuación y comenzó la fructífera carrera que ahora sus padres le aplauden. Ha realizado cerca de ocho novelas: Tío Alberto; Súbete a mi moto; Mirada de mujer, el regreso; Mujer con pantalones; La hija del Mariachi y, ahora, Los protegidos.

El personaje de Santiago lo alimenta a diario con series como CSI o NCIS que ve de principio a fin, así como la asesoría de gente especializada de la Fiscalía en Medicina Legal. "Ellos me ayudan mucho con el vocabulario en las escenas, me enseñan con las pruebas de dactiloscopia, en los levantamientos...", dice.

Y aunque por ahora está centrado en este proyecto, su pasión por la música sigue vigente, pues, aunque ya no pertenece a una banda, cada fin de semana que puede, asiste a distintos bares y hace las veces de Dj. Allí con la música electrónica desfoga todo el stress que le ha quedado de la semana.

"El personaje de Santiago me ha costado trabajo, porque es un tipo muy pensativo, analítico, discreto, perspicaz y yo soy lo opuesto a eso".
Mark Tacher, sobre su papel en la serie 'Los protegidos'.

0 comentarios: